
Pensar se subraya
Somos lo que leemos, lo que subrayamos y lo que nos deja pensando durante días.
En Quosuma, la consultoría no nace del PowerPoint, sino de las lecturas que han modelado nuestra forma de ver el mundo. No coleccionamos títulos, sino ideas que iluminan, incomodan o afinan el pensamiento.
Aquí los libros no son decoración ni posado: son herramientas. Nos enseñan a preguntar mejor, a mirar con distancia y a acompañar con criterio.
Porque antes de ayudar a pensar, hay que haber leído bien.
Cómo funciona un libro (cuando funciona de verdad)
Un libro que importa no solo informa: conmueve, estructura, y deja poso. Es una tecnología silenciosa que, bien leída, cambia la forma de pensar, de mirar y de decidir. En Quosuma, no leemos para decorar discursos: leemos para construir criterio. Un buen libro —como una buena conversación— puede mover una estrategia o abrir una puerta que no sabíamos que existía.
Leer bien es una forma de trabajar bien.
Leer con método
La lectura profesional no es acumulación. No se mide en títulos ni en páginas por hora. Es una práctica de atención: saber detenerse, reformular, comparar. En una época que premia lo inmediato, leer es un acto de resistencia.
En consultoría, leer con método es entrenar el pensamiento en profundidad:
-
Nos permite abstraer sin perder conexión con lo real.
-
Nos ayuda a identificar patrones, narrativas dominantes o sesgos invisibles.
-
Nos prepara para no improvisar con frases prestadas, sino para argumentar con sentido.
Leemos por capas: primero el contexto, luego la tesis, después el lenguaje. Un libro no se agota en su resumen; se revela en sus pliegues.
Subrayar es pensar en directo
En Quosuma, subrayar es una práctica diaria. Pero no subrayamos frases bonitas: subrayamos ideas peligrosas, esas que sacuden una hipótesis o iluminan un caso desde otro ángulo.
-
Un buen subrayado es una forma de anotar el pensamiento propio.
-
Nos ayuda a regresar a un texto con otra mirada, a reutilizarlo como herramienta.
-
Es una memoria activa: cada subrayado es un posible inicio de conversación, de informe o de presentación.
No usamos post-its por estética, sino porque cada uno guarda un punto de vista que merece ser compartido.
Bibliotecas activas
En nuestro trabajo, distinguimos entre libros de temporada y libros de fondo. Los primeros informan, los segundos transforman.
Nuestra biblioteca viva está compuesta por libros que:
-
Ayudan a ordenar el pensamiento estratégico.
-
Afinan la mirada sobre el comportamiento humano.
-
Desmontan lugares comunes de la gestión.
-
Entrenan la escritura clara.
-
Y nos recuerdan que el mundo es más amplio que el Excel.
Un consultor no necesita una biblioteca infinita. Necesita una que le interpele.
Leer para acompañar mejor
Leer también es una forma de escuchar. Muchos libros nos enseñan a ver el conflicto sin tomar partido, a detectar lo no dicho, a comprender los sistemas sin perder la humanidad. Esa es la lectura que importa en consultoría: la que ayuda a no intervenir desde el ego, sino desde el oficio.
Y sí, también leemos novela. Porque la ficción afina la empatía y el juicio moral, dos herramientas que ningún MBA ofrece con garantía. Leer a Virginia Woolf o a Knausgård no es un lujo: es una forma de preparar el terreno para escuchar mejor a un cliente.
Un libro útil no se mide por lo que enseña, sino por lo que nos obliga a revisar.
Nuestra elección

Epílogo
Sí, nos gustan los libros. Pero no como ornamento.
Nos gustan los libros que te interrumpen el pensamiento, que desordenan para ordenar mejor, que no sirven para subrayar obviedades, sino para afilar preguntas.
En Quosuma, la lectura no es una pose: es una herramienta. Leer bien es pensar mejor, y pensar mejor es acompañar con sentido.
Consultoría no es tener respuestas, es saber cuándo una buena lectura puede cambiar el ángulo de una decisión. Por eso leemos lo incómodo, lo agudo, lo que no se resume bien en una frase. Porque ahí está la diferencia entre repetir lo de siempre… o ayudar a que algo nuevo empiece.
¿Hablamos?
Podemos empezar por una conversación, o por un libro que aún no hayas leído.
Lo importante es que valga la pena pensar juntos.





